Desde el Aviso A.R.A. Suboficial Castillo
Cruzando el Círculo Polar Antártico
En el día de la Antártida, desde la Antártida Argentina
Por: Oscar Filippi
Antártida – Canal de Bismarck, en navegación.
Desde nuestro arribo a aguas antárticas todo ha sido actividad para el Aviso (A-6) ARA “Suboficial Castillo”. El cruce del Pasaje de Drake o de Hoces fue bastante cómodo, sólo nos movió un poco en las últimas 18 horas del total de 48 que nos demandó la travesía.
Según las órdenes previas, nos dirigimos directamente a las Islas Shetlands del Sur, arribando a la Bahía Guardia Nacional, Isla 25 de Mayo, en la mañana del viernes 13, fondeando en la Caleta Arley. Inmediatamente comenzó el trabajo de alistamiento del buque, debíamos iniciar al día siguiente un ejercicio combinado con el Aviso “Lautaro” de la Armada de Chile y alistar la carga que traíamos del Puerto de Ushuaia para trasbordarla al buque brasileño “Ary Rongel”.
En las primeras horas del sábado 14 comenzaron las maniobras de botes en nuestro buque y en el Aviso “Lautaro” de la Armada de Chile, el ejercicio combinado consistía en una maniobra de control y combate de la contaminación, a través del aviso enviado por el “supuesto” buque carguero “Polar Dream” que había notificado la novedad. Ambas naves de las Armadas de Argentina y Chile habían desembarcado dos botes neumáticos cada una, que a su vez desplegaban las barreras de control y contención de hidrocarburos. La maniobra se coordinaba desde el Aviso “Castillo”, tras cuatro horas de ardua labor, el derrame quedó controlado. Para aumentar el realismo de la práctica en curso, desde el buque chileno se informó la novedad de “hombre al agua”. Rescatado el tripulante de la embarcación menor, solicitaban asistencia médica por principio de hipotermia al equipo médico del Aviso “Castillo”. Inmediatamente trasladado el tripulante a nuestra unidad, el equipo médico de abordo, al mando del teniente de navío médico Horacio González Martín, recibió al herido supuesto y se procedió a su reanimación y diagnóstico, una vez compensado, otro equipo médico proveniente de la embarcación chilena, procedió al traslado de su personal.
En ambas maniobras y al igual que en la reunión de análisis final del ejercicio, quedó evidenciada la correcta interacción profesional y el clima de verdadera camaradería que hoy distingue, luego de 10 años de interacción, a las Armadas de ambas naciones.
Visitando Bases
Una de las particularidades de la Isla 25 de Mayo es la profusión de Bases de distinta nacionalidad que en ella se hallan instaladas, Chile con la Base Presidente Frei, que posee un aeropuerto, Rusia, China, Polonia, Uruguay y Corea.
Por la tarde al finalizar el ejercicio binacional, tuvimos la oportunidad de visitar dos de esas bases. A la primera que arribamos, por bote, fue la Base China “La Gran Muralla” (Great Wall), impresiona por su tamaño y el despliegue logístico con material terrestre pesado, con el que están construyendo una nueva y muy moderna base, evidentemente, el gobierno Chino tiene planes de investigación y permanencia a largo plazo en el Continente Blanco. Esa fue la primera de las bases en la que entregamos material de difusión turística de la ciudad de Mar del Plata. Su dotación nos recibió con gran cordialidad y simpatía, agradeciendo afectuosamente el material entregado.
De allí y luego de una “fresca” travesía de una hora en los botes de goma, nos dirigimos hacia la Base Frei, donde su personal, dado nuestra hora de arribo (18.00) nos esperaba con una muy bien tendida mesa con café, te y chocolate caliente. La camaradería antártica es algo que se puede llegar a entender sólo cuando uno tiene oportunidad de compartirla. Ojala el mundo entero aprendiera que es posible vivir en paz y armonía, con el solo concepto férreo de la solidaridad, la hermandad y la cooperación para la solución de temas y problemas comunes. También en ésta base dejamos material turístico, con la promesa a cambio de la dotación chilena, que sus próximas vacaciones serían en Mar del Plata.
A las 20.00hs arribamos de nuevo a nuestro buque, la actividad continuaba. El arribo del Buque Oceanográfico “Ary Rongel” dispuso la inmediata maniobra de cubierta para el traslado de la preciada carga que debían trasladar hasta su base. La maniobra duró hasta pasadas las 22.00hs con las últimas luces del día.
Isla Decepción
Temprano en la mañana del lunes 16 zarpamos con rumbo a la Isla Decepción, de camino, el Aviso “Olivieri” había recogido un equipo de tres periodistas que enviados por la Dirección Nacional del Antártico, necesitaban ser trasladados a la Base Brown, tarea que realizaríamos nosotros una vez trasbordados los periodistas a nuestro buque, en cuanto llegáramos a Decepción.
No perdimos tiempo en nuestra navegación, meteorología pronosticaba un fuerte temporal en horas de la noche.
Entre bancos de niebla, hielos a la deriva y escasa visibilidad por niebla, nos fuimos acercando a los “Fuelles de Neptuno”, la difícil entrada a la Bahía Foster en la Isla Decepción.
La Isla Decepción es un afloramiento volcánico, tiene forma de anillo y en su centro, lo que fuera su cráter original, se formó lo que hoy conocemos como Bahía Foster. Las fumarolas se yerguen amenazantes detrás de la Caleta Balleneros, una vieja estación ballenera británica y por detrás de nuestra Base, “Decepción” y de la Base Geofísica Española, “Gabriel de Castilla”.
Sin perder tiempo, descendimos los botes y fuimos a visitar la Base Española, “Gabriel de Castilla”. Una estación geofísica muy moderna con grandes y cómodas instalaciones. Su personal, todo científico, se encarga precisamente de estudiar este volcán aun activo. Nos recibieron de maravilla y nos mostraron cada una de sus instalaciones al igual que el nuevo edificio de ampliación ya casi a punto de ser terminado. Aquí entregamos también material de difusión turística y un libro de Mar del Plata.
Sobre las 20.00hs nos trasladamos nuevamente al buque, el fuerte viento ya anunciaba la tormenta próxima.
A eso de las dos de la mañana, los buques, tanto el “Olivieri” como el “Castillo” que estaban fondeados, comenzaron a garrear, es decir, a arrastrar sus anclas en el fondo por la acción de vientos que soplaban a una velocidad de 70 y 80 nudos (entre 140 y 150 Kms/h). Inmediatamente, nuestro comandante, capitán de corbeta Rodrigo Arriégues, dio la orden de zarpar y navegar en “circuito hipódromo”, dentro de la Bahía Foster que por la altura de los picos que la rodean nos daban protección del fuerte temporal de mar que se desataba fuera de ella.
El Ocean Nova
Evidentemente, el temporal que se abatió sobre la zona fue muy fuerte y complicó la navegación de los buques que no encontraron reparo a tiempo.
A las 02.30hs del día martes 17, recibimos el aviso de auxilio del crucero de bandera de Bahamas “Ocean Nova” que había quedado varado en Bahía Margarita, Isla San Martín, muy próximo a la Base Argentina homónima.
Pese a que nos encontrábamos a una distancia de casi 500 millas náuticas del crucero, el Centro Coordinador de Búsqueda y Rescate del Area Naval Austral en Ushuaia, nos destacó inmediatamente hacia la zona.
Navegar en demanda del “Ocean Nova” nos llevaba más al SUR de la Antártida, un sentimiento de alegría se apoderó de la tripulación, cruzaríamos el Círculo Polar Antártico, distinción si hay, para un marino que navega en estas aguas.
Afortunadamente, el “Ocean Nova” con la ayuda de otro crucero de la misma empresa, el “Clipper Adventure” trasbordó a sus pasajeros y equipajes, alijado su peso y remolcado por su par, logró zafar de su varadura y navegar por sus propios medios a la ciudad de Ushuaia.
Tras dos días de dura navegación por el bellísimo Estrecho de Guerlache, para luego transitar el Canal de Bismarck y finalmente entrar en el Mar de Bellingshausen, a las 12.50hs del jueves 19, sonaron las sirenas en todos el Aviso “Castillo”, por los difusores el comandante anunciaba: “…Señores, felicitaciones a todos, acabamos de cruzar el Círculo Polar Antártico.” (está a los 66º 33’ de Latitud Sur) La algarabía fue general.
Dos horas después, interceptábamos en su navegación a los cruceros “Ocean Nova” y “Clipper Adventure”, nos aseguramos que no tuvieran derrames contaminantes y ofrecimos nuestra ayuda y asistencia. Con mucha gentileza, el comandante del “Ocean Nova” agradeció nuestro esfuerzo y nos aseguró que podría llegar a su puerto de destino sin complicaciones mayores.
La coordinación de la Armada Argentina, otra vez había resultado perfecta, al momento de encontrarnos con ambos cruceros, un avión P-3B Orión de la Escuadrilla Aeronaval de Exploración, que había despegado desde Trelew, nos sobrevolaba en apoyo.
Comandante y Segundo del Aviso A-6 ARA Suboficial Castillo
Base Gabriel de Castilla
Con Camaradas Chinos
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