sábado, 31 de marzo de 2012

Malvinas - 30° años - 3° Entrega


OPERACIÓN “CORPORATE”

Según publicaciones de la época, procedentes de Londres, en solo “tres días”, el Ministerio de Defensa Británico alistó la “Task Force 317” compuesta por 26 buques de guerra, 15 naves auxiliares, 42 buques mercantes, 52 aviones, 136 helicópteros y al menos 6 submarinos, 3 nucleares y 3 convencionales para efectuar la “Operación Corporate” nombre clave para la recuperación de Malvinas.


Por: Oscar Filippi

Conflicto bipolar.- 
En la segunda entrega de esta serie de notas, analizamos la importancia de la amenaza de los submarinos y buques de guerra soviéticos a las Líneas de Comunicación Marítima (LCM) vitales a los intereses estratégicos de los EEUU y la OTAN en el Atlántico Sur, como un factor del conflicto bipolar que en el marco de la denominada “Guerra Fría” revitalizó la importancia de la ubicación geoestratégica de nuestras Islas Malvinas, que como dos inmensos portaaviones geográficos controlan el extremo Sur de los Océanos Pacífico, Atlántico e Indico, a la vez que se convierten en guardianes celosos de las rutas navales de aproximación a la Antártida.-
Con el único objeto de intentar probar que la Argentina se vio envuelta en una “guerra fabricada” a la medida de la OTAN que beneficiaría a la Gran Bretaña en las posteriores negociaciones diplomáticas al congelarse definitivamente el tema de la reclamación de la soberanía argentina y les aseguraría a los países miembros de la alianza atlántica una base aeronaval de magnitud que aseguraría las LCM que transitaban por el extremo Sur del Continente Africano, es que conviene detenerse en el análisis del tremendo esfuerzo económico que le representó al gobierno de la Gran Bretaña movilizar una Fuerza de Tareas de tal magnitud para recuperar las Islas luego del 2 de abril de 1982.-
Otro punto a analizar es el del factor interno de la política de defensa de la Gran Bretaña de esos años. Desde 1966, Inglaterra había realizado grandes cambios en su política de defensa para convertirse en la “punta de diamante” de la lucha antisubmarina en el Atlántico Norte y consecuentemente llamó la atención de sus parlamentarios en forma acorde para lograr los cambios en la doctrina naval, tendiente a cumplir ese objetivo que les permitiera enfrentar la creciente amenaza naval soviética. Aunque con una flota más pequeña, los portaaviones seguirían siendo el eje principal de su flexibilidad.- 
Pero para 1981 el gobierno de la señora Margaret Tatcher se había convertido en el más impopular de la Gran Bretaña en los últimos veinticinco años. Principalmente a causa de su política monetarista, pero su impopularidad se reflejaba abiertamente, también, con relación a su política de defensa.-

La Flota en juego.-
Para 1980, la situación económica de la Gran Bretaña era muy complicada, el desempleo había llegado a porcentajes muy elevados, entre los permanentes y severos ajustes y recortes del presupuesto, la “Dama de Hierro” había puesto sus objetivos para la defensa en una drástica reducción de la flota de superficie de la Royal Navy. Para ello, apoyada en la dura posición del presidente norteamericano Ronald Reagan y su política de mayor “disuasión nuclear” concretó con el “Tratado de Washington” de 1981 la compra de los submarinos nucleares de la clase “Trident”.-
La inminente reducción de la flota de superficie era casi un hecho, los detractores del Almirantazgo sostenían que los nuevos portaaviones del Tipo “Invencible” eran muy vulnerables a cualquier escenario bélico moderno y que incluso su función específica de guerra antisubmarina era cumplida con mejor desempeño por los submarinos de ataque de propulsión nuclear, los temidos “hunter-killer”. En consecuencia se congeló la construcción (ya en proceso) de los portaaviones gemelos, el “HMS Ilustrius” y el “HMS Intrepid” y se decidió la venta del “Invencible” a Australia, esto sucedía en junio de 1981.-
El Almirantazgo británico contraatacó sobre la política de defensa de Margaret Tatcher utilizando toda su influencia sobre el Ministerio de Defensa, el Parlamento y sobre todos los sectores influyentes de la sociedad británica. La misma sociedad que vio fundar su imperio sobre la base misma de la orgullosa Royal Navy y le guarda por lo tanto, un respeto ancestral.-
Para consolidar su posición, el Almirantazgo necesitaba urgentemente, una hipótesis de conflicto de interés nacional prioritario, ¡qué mejor que una “invasión” argentina a una de “sus posesiones” de ultramar!.-
Según lo ratificara el propio “Informe Franks”, en septiembre de 1981, apenas tres meses después de la decisión oficial del gobierno británico de reducir la flota de superficie y de vender el portaaviones “HMS Invencible”, el informe del Comité Conjunto de Inteligencia de la Gran Bretaña, se refería al potencial problema del Atlántico Sur, sugiriendo respaldar la posición solicitada por los isleños y las corporaciones de empresas comprometidas en su actividad comercial, de no negociar más con la República Argentina la soberanía sobre las Islas Malvinas. Por lo tanto sugería establecer en las islas, una fuerza de disuasión que comprendiera un portaaviones, cuatro fragatas y dos submarinos. El Ministerio de Defensa fue más lejos, aprobó el 21 de septiembre de 1981 los planes alternativos para una posible “recuperación” del archipiélago.-
La pregunta surge sola, ¿cómo sabían que las recuperaríamos en 1982, cómo podían aconsejar el uso de una fuerza naval que a todo efecto, según su propio gobierno, no existía más?
El gobierno de Ronald Reagan se anotaba un doble triunfo estratégico y comercial. Por un lado logró un multimillonario contrato por la venta de los submarinos nucleares “Trident”, los cuales eran garantía suficiente para el control de las rutas del Atlántico Norte y además lograba que la Gran Bretaña no se desprendiera de su flota de superficie, la cual enviada al Atlántico Sur, haría un excelente papel disuasivo frente a las costas africanas sin necesidad de afectar buques de ninguna de sus flotas, ni la del Atlántico Norte y Caribe y menos los de la del Meditarráneo. Un verdadero triunfo a dos puntas. ¡Gracias Argentina...!!!!.-

La Task Force 317.-
Como vimos en el artículo anterior,  el empresario argentino Constantino Davidoff, había comunicado al gobierno británico que durante el mes de marzo de 1982 comenzaría a ejecutar su contrato comercial en las Islas Georgias del Sur. Aunque el gobierno británico se negó a alquilar el buque de patrulla antártica “HMS Endurance” con la excusa que sería sacado de servicio, durante los meses de enero y febrero de ese año, permaneció amarrado a la escollera Norte del Puerto de la ciudad de Mar del Plata. Aun recordamos la imagen de los oficiales navales británicos paseando por nuestra ciudad con su elegante uniforme “tropical” y los vuelos de “entrenamiento” de sus helicópteros “Sea Wasp”.-
Para mediados de marzo cuando comenzó la escalada diplomática planificada con puntillosa anticipación por la Gran Bretaña, zarparon inmediatamente del Puerto de Gibraltar, el submarino nuclear de ataque “HMS Spartan” y el buque de apoyo logístico “Fort Austin” que transportaba varias unidades del SAS (Special Air Service) y del SBS (Special Boat Squadron) y el Ministerio de Defensa británico puso en marcha a toda prisa, la Fuerza Especial destinada a llevar a cabo la “Operación Corporate” (Reconquista de las Islas Malvinas y Georgias del Sur) recordemos, aprobada el 21 de septiembre de 1981. La mayor parte de las unidades designadas a esa Fuerza zarparían el día 5 de abril. El cuadro que adjuntamos es para que Ud. analice si es realmente posible, aun para una potencia naval como la Gran Bretaña, movilizar, requisar y fletar tamaña flota, con la convocatoria consecuente de todos sus tripulantes y la inmensa logística requerida, ¡en tan solo tres (3) días!.-
El núcleo de esta fuerza operacional estaba constituido por dos portaaviones, el buque Insignia “HMS Hermes” y el “HMS Invencible” en ellos embarcaban los “Squadron 800 y 801 de la Royal Navy” respectivamente, equipados con aviones V/STOL “Sea Harrier FRS 1”, estaban escoltados por otros 24 buques de guerra y 15 naves auxiliares. El trayecto desde Gran Bretaña a las Islas Malvinas superaba los 13.000 kilómetros (23.400 NM). Como punto de apoyo utilizaban la Base Aeronaval norteamericana de Wideawake, en la Isla Ascensión, 6.850 Kms. (11.330 NM) desde los puertos del archipiélago británico.-

Apoyo Logístico.-
El mantenimiento de una línea de aprovisionamiento de una longitud superior a los 13.000 Kms. (representa 21 días de navegación) planteó problemas logísticos considerables. Además de sus buques de guerra, la fuerza operacional utilizó otras 54 naves (desplazamiento total 673.000 Toneladas) pertenecientes a 33 compañías, fletadas o requisadas por la Royal Navy. Diecinueve (19) de estos buques, designados STUF (Shipping Taken-Up From Trade) fueron provistos de plataformas para operaciones con helicópteros, además casi todos ellos fueron transformados de manera de servir para realizar tareas de aprovisionamiento en alta mar. ¡ en tan solo tres días ¡ .-
Transportaron un total de 9.000 hombres, más de 100.000 Toneladas de pertrechos y 95 vehículos. Desde los puertos de Davenport y Portsmauth, la Royal Navy envió más de 30.000 Toneladas de víveres, municiones y vituallas. Los 16 petroleros fletados o requisados transportaron cada mes hacia la fuerza operacional, 180.000 metros cúbicos de combustibles (naval, aeronáutico y automotor), lo que representa un mínimo de 420.000 metros cúbicos embarcados continuamente. Para el 14 de junio (fin del conflicto), la fuerza operacional comprendía 26 buques de guerra, 6 a 8 submarinos, 15 naves auxiliares, 42 mercantes, 52 aviones y 136 helicópteros, todos ellos en acción o patrullando por mar.-
El esfuerzo económico para abastecer el Teatro de Operaciones demuestra por si solo que el enemigo al que enfrentaban era mucho más poderoso que las Fuerzas Armadas Argentinas. Nos usaron de excusa..., sin tener en cuenta el valor y profesionalismo de los argentinos..., ¡y casi les cuesta la guerra!.-
El valor, la determinación y el coraje criollo mostrado en combate lo reconocen hoy día. Para que los propios británicos y nosotros, no nos enteremos de los daños sufridos por la orgullosa Royal Navy y el apoyo directo (acción de guerra) de un país vecino, impusieron un secreto de 90 años sobre las acciones de guerra del conflicto del Atlántico Sur. Además se aseguraron con la ayuda de su socio y el apoyo vernáculo de siempre, que económica, sanitaria, social, educativa y militarmente, hoy a casi 30 años de aquel conflicto, la Argentina esté casi de rodillas e inmersa en una verdadera “guerra urbana” bajo el fuego indiscriminado de la delincuencia común y mirando espantada la creciente presencia de carteles del narcotráfico, las extrañas alianzas diplomáticas con Venezuela y por ella, vía Irán y al terrorismo internacional. Lo que siguen sin tener en cuenta, es que a pesar de todo, los argentinos estamos de pie, con el mismo coraje, el mismo patriotismo y la misma determinación. El camino diplomático, con el apoyo de nuestros países hermanos de Sudamérica es la vía para la recuperación definitiva de nuestros últimos espacios soberanos ocupados por esta potencia colonialista. El apoyo de Brasil, Uruguay, Paraguay, Chile y Perú, ha sido obra del ex Presidente del Brasil, Inacio Lula Da Silva. Desde Menem (1989) a la fecha, ningún gobierno argentino, ha tomado medidas diplomáticas serias y menos aún, denunciado los acuerdos de 1991 con la Gran Bretaña.  La Sangre de nuestros más Heroicos y Generosos Hermanos nos reclama no claudicar en nuestro compromiso y así lo haremos.-

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