Grumman S-2E Tacker 0700/2-AS-21 en el Portaaviones (V-2) ARA 25 de Mayo |
El Aviso había sido atacado pocos días antes, en circunstancias de haber
este penetrado la zona de exclusión total delimitada por las fuerzas enemigas,
en busca de la derribada tripulación de un bombardero Canberra de la Fuerza
Aérea Argentina.
El Tracker, configurado para exploración de superficie (y careciendo de
detector de anomalías magnéticas – MAD, y receptor de sonoboyas[iii]),
se encontraba al comando del Teniente de Navío Carlos Cal,
junto al Guardiamarina Gustavo
“Gachi” Ferrari como copiloto/oficial de control de operaciones, el Suboficial
Segundo Rodolfo Lencina y el Cabo Segundo Enzo Panaritti que operaban los
sistemas [iv].
Operador de sensores en avión Tracker.
(Foto de M. Y. Martin, tomada de “Malvinas, la Guerra Aérea”)
|
Habiendo arribado la aeronave tres minutos más tarde sobre el punto dato
(ubicado en latitud 44°20'S longitud 64°40'O), la tripulación observó
visualmente la estela de un objeto puntual, con semejanza a un periscopio /
snorkel / mástil de radio / etc. de submarino (existen distintas versiones
sobre si el señalado apéndice era coronado o no por una pequeña nube de humo)
desapareciendo de la superficie, a la vez que se esfumaba el eco en el radar.
Teniendo en cuenta que el comandante de la Fuerza de Tareas 79 había
ordenado atacar contactos submarinos clasificados como posibles [vi], el
comandante de la aeronave ordena el lanzamiento de un torpedo Honeywell Mark-44 Mod1 y de una sonoboya pasiva AN/SSQ-41A. Sin embargo, no pudo
observarse explosión alguna, así como no se pudo seguir la corrida del torpedo
por carecer la aeronave del equipamiento idóneo.
Viendo la falta de medios para realizar efectivamente un reempleo de sus
armas, el Tracker explorador, luego de quedar orbitando, regresó a su misión de
búsqueda de superficie original [vii].
A las 0805 hs, y luego de que el Teniente de Navío Cal informara el
ataque antisubmarino, despega del portaaviones el helicóptero Sikorsky S-61D4 Sea King 0675/2-H-231 de la Segunda Escuadrilla
Aeronaval de Helicópteros (EA2H), en el puesto de pilotaje el Teniente de Navío Osvaldo “Tarzán” Iglesias y Guillermo
“Oaki” Iglesias como pilotos y el Teniente de Fragata Edgardo García, el
Suboficial Segundo Ponce y el Cabo Primero Ramos como operadores de sus sensores, así como a
las 0847 despega un segundo Sea King, el 0676/2-H-232, al comando del Capitán
de Corbeta Norberto “Rufo” Barro, Comandante de la Escuadrilla y el Teniente de Fragata Antonio Urbano, con los
Suboficiales Segundo Soruco y Llanos y el Suboficial Principal Álvarez como
tripulantes.
Un minuto más tarde, es catapultado el Tracker 0703/2-AS-24, al comando de los Tenientes de Navío Enrique “Quique” Fortini
y Carlos “Chingolo” Ferrer) ya configurado para la guerra antisubmarina con
torpedos buscadores, bombas antisubmarinas BASA y sonoboyas pasivas AN/SSQ-41A
Las aeronaves toman rumbo hacia al punto dato, y llegados al mismo,
comienza el 0675/2-H-231 búsqueda antisubmarina con el sonar Bendix AN/ASQ-13A/B, comenzando los típicos “saltos” que requiere
la utilización del sistema de escucha, teniendo el otro helicóptero problemas
con dicho sensor [viii].
A las 0910 el 0675/2-H-231 obtiene un rumor hidrofónico en sonar y
actualiza el punto dato a latitud 44º27’S y longitud 64º19’O.
Asimismo, y mientras tanto, el Tracker lanza tres sonoboyas Jezebel
(LOFAR) en trayectoria Alfa, obteniendo rumor de hélices en las mismas[ix], así
como diversos contactos MAD (que son clasificados como “no submarino”)
A las 10:06 el 0676/2-H-232 obtiene un nuevo contacto en su sonar,
apreciando que el contacto aumentaba su velocidad y realizándose un ploteo
coherente con el de un submarino[x]. Teniendo en cuenta ello, procede a
guiar al avión para realizar un ataque de torpedos, lanzándose finalmente en
latitud 44º33’S y longitud 64º16’O un nuevo torpedo antisubmarino Mk-44.
El comandante del avión Tracker puede apreciar la entrada al agua del
torpedo, el funcionamiento de este y la emisión característica de su sonar
activo. Asimismo, instantes después escucha la duplicación del “ping” (señal
que el sonar activo “enganchó” su blanco) [xi].
Sin embargo, cumplida la corrida del torpedo, no se apreció explosión,
aunque sí el abrupto cambio de las condiciones submarinas, en tanto cesaron de
escucharse reverberaciones, cavitaciones y rumores hidrofónicos en la totalidad
de los sensores en escucha[xii].
El contacto había sido perdido.
Posible submarino.
El Debriefing posterior, realizado a bordo del portaaviones, con las
tripulaciones participantes, así como sus respectivos informes, fueron
analizados por los diversos especialistas del Grupo Aeronaval Embarcado,
concluyéndose finalmente que se clasificaban los contactos obtenidos como
POSIBLE SUB (POSSUB), CONFIANZA 2 / 3[xiii].
Ahora bien, en la Armada Argentina los contactos en los que pudieran
verse involucrados submarinos se clasifican doctrinariamente, y según su grado
de certeza, como:
1- Submarino Cierto. (CERTSUB) En tanto el contacto fue avistado
por personal idóneo y positivamente identificado como un submarino.
2- Probable Submarino. (PROBSUB) El contacto posee múltiples y
fuertes evidencias de ser un submarino. Se establecen para el caso grados de
confianza, que los fija el Oficial en Comando Táctico según su criterio. Van de
1 a 4, siendo 1 el más bajo y 4 el más alto.
3- Posible Submarino. (POSSUB) Se cree que se trata de un submarino
por las circunstancias del caso, pero no existe evidencia suficiente para
otorgarle una clasificación de certeza mayor. Se establecen también para el
caso grados de confianza, de 1 a 4.
4- No submarino. (NONSUB) Contacto visual, radar o sonar indican
inequívoca y fehacientemente que el contacto no es un submarino.
Es decir, luego del análisis del caso, se llegó a la conclusión que
posiblemente se habría atacado a un submarino, aunque no existen seguridades de
ello.
No debe olvidarse que un gran problema en cualquier operación de Guerra
Antisubmarina es identificar correctamente a un contacto subácuo, sea como
submarino o como cualquier otro fenómeno humano o biológico. Ello generalmente
requiere un largo período de contacto por parte de múltiples sensores.
Este lapso de clasificación es ya extraordinariamente tenso durante ejercicios
en período de paz, siendo el mismo más complicado en tiempos de guerra, cuando
las tensiones crecen, haciendo que existan más altos índices allí de contactos
falsos[xiv]
En el caso que nos ocupa, no se llevó a cabo un ploteo extenso en ningún
caso, sino que los diversos contactos se perdían y resumían a lo largo de la
mañana de aquel 5 de mayo.
Ninguno de los sensores, por otra parte, parece haber sido concluyente
en relación a la presencia de un submarino.
Por tanto, se entendió que debía catalogarse el contacto con el
relativamente bajo índice de certeza antes anotado.
No debe olvidarse, asimismo, que el problema de identificación subacua,
no estuvo exclusivamente del lado argentino, en tanto durante las hostilidades
por las Malvinas, la Task Force británica realizó 200 ataques antisubmarinos
contra lo que creyeron era el ARA San Luís o el ARA Salta, sin realizar un solo
blanco.
[xv]
En suma, oportuna e inmediatamente luego de las operaciones, no pudo
catalogarse en forma fehaciente al contacto como un submarino, meramente como
posible.
Apreciaciones sobre el contacto.
Ahora bien, con los datos que luego de la guerra fueron dados a la luz,
resulta interesante preguntarse, realizando un análisis imparcial, si es ahora
posible determinar si se trató el contacto atacado en fecha 5 de mayo de un
submarino (que debiera haber sido británico), o resultó ser el mismo un
fenómeno biológico y/o humano ajeno a dicho ingenio.
Ciertamente, el contacto atacado, prima facie, y aún en un análisis
básico (tomando meramente una carta y una calculadora), se comportó
efectivamente como un submarino.
Es decir, más allá de información que pudiera otorgar el análisis
de la firma acústica y los múltiples contactos en variados sensores, es dable
destacar que, desde que el contacto fue atacado y avistado, se movió a una
velocidad aproximada de 11,5 nudos desde las 0746 (primer contacto) a las 0910
hs (segundo contacto), lo que es casi el doble de la velocidad habitual de una
ballena franca austral (de 7 nudos aproximadamente), para luego disminuir su
velocidad a 7 nudos.
Dicha velocidad, ciertamente, es coherente con el sigilo necesario en un
submarino para operaciones en aguas litorales, aún al escapar de una amenaza.
Amén de ello, el objeto se movió desde aguas menos profundas (de 74
metros en el primer contacto) a más profundas en su trayecto (95 metros en el
último contacto), condicentemente con lo que en la habitualidad de los casos
realizaría un comandante de submarino al ser atacado: es decir, buscar
profundidad para poner más distancia con las armas y sistemas de búsqueda de su
agresor.
Por último, la duplicación del sonar activo del torpedo Mk-44 (lo que
indica que el “ping” encontró un objeto determinado sobre el cual “rebotar”),
teniendo en cuenta que en el lugar del ataque el fondo es plano y arenoso, es
una fuerte presunción de la existencia de un intruso en la zona.
Posiciones en mapa de los tres contactos (Elaboración del autor)
|
Ahora bien, ¿Se trataba el contacto de un submarino británico?
Submarinos británicos en la Guerra de Malvinas.
En principio, se debe indicar que, de documentos conocidos inmediatamente
del conflicto[xvi],
así como de otros muy posteriores[xvii] (lo que denota cierta
coherencia que hace a la información verosímil), surge que fueron cinco
submarinos nucleares los que participaron en la Guerra de Malvinas: los HMS
Conqueror, HMS Splendid, HMS Spartan, HMS Courageous y HMS Valiant, así como
uno convencional (diesel-eléctrico), el HMS Onyx.
Sin embargo, solamente tres de ellos se encontraban en el Atlántico Sur
para el día 5 de mayo, los HMS Conqueror, Splendid y Spartan, que habían
ingresado en el área de operaciones aproximadamente el día 11 de abril[xviii].
En efecto, el HMS Courageous y el HMS Valiant no zarparon del Reino
Unido sino el día 3 de mayo, y tardaron aproximadamente 15 días en llegar a sus
estaciones de patrulla[xix].
Y por su parte, el HMS Onyx partió de Gosport (Inglaterra) el 26 de abril[xx].
Teniendo en cuenta que realizó parte del trayecto en superficie (con una
velocidad máxima de 12 nudos) y parte sumergido (velocidad máxima: 18 nudos),
no llegó al área de operaciones, a más de ocho mil millas náuticas de su base,
sino hasta aproximadamente un mes después de haber partido[xxi].
Ahora bien, teniendo en cuenta que, insistentemente, se indicó que fue
el HMS Onyx el submarino atacado (aun cuando, se hizo notar, no se encontraba
en la zona de guerra), es conveniente volver sobre el particular más adelante.
Por tanto, y más allá de algunas divergencias de fuentes en lo que hace
a las fechas precisas de arribo de las unidades en el área de operaciones[xxii] queda
claro que, al 5 de mayo, solamente estaban en el teatro los submarinos antes
mencionados. Teniendo en cuenta la fecha de zarpada de los restantes, hubiera
sido imposible que estuvieran allí el día precitado.
Por tanto, el cuestionamiento supra realizado se limita ahora a tres de
los submarinos británicos.
Posición de los submarinos HMS Conqueror, HMS Spartan y HMS Splendid el
5 de mayo por la mañana.
Posiciones de los submarinos británicos en la zona de operaciones. (Elaboración del autor) |
Sin embargo, con la documentación disponible puede colegirse
educadamente la posición de los mismos.
Es bien conocido que el HMS Conqueror había atacado al crucero ARA
General Belgrano (CRUBE) en fecha 2 de mayo. Luego del ataque, sintiéndose
atacado, su capitán puso rumbo al sur.
De acuerdo a su bitácora[xxiii], el día 3 de mayo (última
entrada disponible al público) a las 0800, se encontraba en posición 56º 10´S,
62º 34´O, con intenciones de navegar para encontrarse el día 4 por la tarde en
un área de patrulla entre la zona del ataque al CRUBE y la Isla de los Estados.
Es decir que, 48 hs. antes del encuentro del 5 de mayo, el HMS Conqueror
se encontraba aproximadamente a 720 mn de la posición en la que el TN Cal
localizó un apéndice en superficie.
Obviamente, con una velocidad máxima en inmersión de 28 nudos[xxiv],
el submarino poseía la aptitud teórica para llegar a la zona el 5 de mayo por
la mañana, pero tres circunstancias hacen que ello haya sido dudoso.
La primera de ellas es que la intención manifiesta del Capitán de
Fragata Christopher Louis Wreford-Brown, comandante del HMS Conqueror, era la
de patrullar, por lo menos la tarde del día 4, el área en las cercanías del
hundimiento, no haciendo ninguna mención a una corrida con rumbo norte.
La segunda circunstancia es que el HMS Conqueror tenía órdenes de
patrullar en la zona asignada, en tanto era otro el submarino que se encontraba
tratando de ubicar al Grupo de Tareas 79.1 (el portaaviones).
La tercera circunstancia es que la relativamente escasa profundidad de
la zona de tránsito (en términos muy generales de alrededor de 180 metros)
impedía desarrollar al submarino su velocidad total, limitándose la velocidad
operativa segura del mismo de 10 a 15 nudos. Y aun así, el submarino
debería haber disminuido su velocidad en forma frecuente a los fines de
realizar escucha pasiva en el sonar. Es decir, que, en la práctica, carecía de
la velocidad necesaria para realizar el trayecto en el tiempo requerido.
Por las razones precitadas, existen escasas posibilidades de que fuere
el HMS Conqueror el submarino atacado por fuerzas propias.
En lo que hace al HMS Spartan, el área de patrulla asignada para el
mismo desde mediados de abril se encontraba en los alrededores de la Isla
Soledad[xxv].
Asimismo, era claro que el HMS Spartan no podía salir de su área de patrulla,
algo que ni siquiera el Almirante Woodward podía, a su pesar (en tanto
necesitaba de los dos submarinos nucleares para encontrar al “perdido” PAL (V-2)
ARA 25 de Mayo), modificar[xxvi].
Por supuesto, que uno de los submarinos nucleares permaneciera cerca del
núcleo de batalla de la Task Force, implicaba, de cierta manera, cumplir con la
doctrina naval vigente, que imponía que un submarino nuclear debía otorgar
protección anti-sub y anti-superficie de barrera al mismo [xxvii]..
Es decir que, también es difícil que haya sido este submarino el que se
hubiera atacado en las cercanías del continente.
Por su parte, la última posición conocida del HMS Splendid se encuentra
cerca de la línea de las 12 millas náuticas del continente, justo en la costa
de Puerto Deseado (a 212 millas náuticas del lugar del contacto) en la mañana
del día 4 de mayo, cuando se encontraba intentando localizar y hundir al
portaaviones 25 de Mayo[xxviii].
Dicha posición es condicente con las órdenes recibidas el día 15 de
abril, que establecía su área de patrulla entre las Islas Malvinas y el continente [xxix] (y
que, recordemos, limitaba la presencia del HMS Spartan a las cercanías de la
Isla Soledad).
HMS Splendid |
Ahora bien, según las posiciones conocidas, el submarino se encontraba a
212 millas náuticas al sur del lugar del avistamiento, 24 horas antes del
mismo, y con rumbo norte.
Para haber llegado a la cita con el avión Tracker a la hora señalada, y
de haber corrido en línea recta, debió haber navegado a una velocidad promedio
de 8,3 nudos, lo cual se presenta como lógico, teniendo en cuenta la escasa
profundidad de la zona en la que se encontraba operando, así como la necesidad
frecuente de escucha sonar.
En suma, de haber sido uno de los tres submarinos británicos en
operaciones en dicho momento el contacto atacado, y de acuerdo a su posición,
rumbo y área de patrulla exclusiva señalada, debería haber sido el HMS
Splendid.
Debe agregarse, por otra parte, que ninguna referencia hay sobre un
ataque a este submarino por parte de las fuerzas británicas. Más allá de ello,
el secreto impuesto por el enemigo sobre todas las operaciones en Malvinas, así
como la natural discreción que rodea a las actividades de submarinos, hacen a
dicho silencio como no concluyente.
El HMS Onyx
De parte de fuentes argentinas, repetidas veces se ha escrito que fue el
HMS Onyx el contacto atacado en fecha 5 de mayo.
Las versiones son dos, una con leves variaciones de la otra: o que el
barco fue observado en dique seco en Brasil, dañado y con un torpedo alojado en
su casco[xxx],
o que en una exposición luego de la guerra, llevada a cabo en el Reino Unido,
se mostró una fotografía del submarino con la proa totalmente destruida y un
torpedo alojado en la misma[xxxi].
Con ello, se intenta acreditar que el submarino recibió el impacto de un
torpedo aéreo en la fecha en estudio.
Los testimonios que se citan no son nunca de primera mano, sino que se
cita a alguien que vio, o peor aún, a quien le contaron. Es decir, carecen del
mínimo valor probatorio.
Las diversas versiones crecieron en tanto el submarino tuvo daños de
leves a moderados al, presuntamente y según fuentes británicas, haber impactado
contra una roca sumergida.
Las versiones de daños argentinos a este submarino deben
descartarse, sin perjuicio que el HMS Onyx pudo haber sido herido por fuerzas
propias en alguna otra oportunidad, lo que excede el marco de este trabajo.
En efecto, en primer lugar, y como ya se señaló, el submarino no se
encontraba en el teatro de operaciones para la fecha del ataque.
Seguidamente, debe decirse que el HMS Onyx completó su patrulla de
guerra con cierta normalidad, volviendo a su puerto de origen luego de 117 días
de patrulla[xxxii],
la que incluyó, el día 21 de junio, el hundimiento de los restos del LSL Sir
Galahad como tumba de guerra.
Por supuesto, todo ello hubiera sido imposible de tener el
submarino el casco totalmente destrozado y un torpedo vivo en su
superestructura.
Es decir, es imposible que el blanco atacado el día 5 de mayo haya
sido el HMS Onyx.
Sin perjuicio de lo hasta aquí expuesto, teniendo en cuenta la
profundidad de la zona de ataque, que el torpedo Mk-44 es de búsqueda activa
únicamente, tiene una trayectoria de localización helicoidal, y que se sumerge
buscando a su blanco a alrededor de 7,7 metros por segundo[xxxiii], los daños al HMS Onyx, de
haber sido impactado por el torpedo, deberían haber sido en la vela y en la
parte superior del casco, pero no en su proa y su parte inferior, como
sucediera.
A modo de conclusión
El contacto atacado el día 5 de mayo fue, de acuerdo a la Armada
Argentina, posiblemente, y con grado de certeza 2 / 3, un submarino.
El análisis básico (e independiente) del comportamiento de dicho
contacto realizado en estas líneas, asimismo, también permite concluir que se
trató de un POSSUB.
Hemos visto que, para dicha fecha, solamente tres submarinos británicos
se encontraban en el Atlántico Sur, los HMS Conqueror, Spartan y Splendid, no
siendo factible, por las razones señaladas en el texto, que los dos primeros
hayan sido los atacados.
Sin embargo, el HMS Splendid se encontraba, pocas horas antes del
ataque, en patrulla en lugar cercano donde aconteciera el mismo, con un rumbo
idóneo para encontrar a las aeronaves del Grupo Aéreo Embarcado del
Portaaviones Liviano (V-2) ARA 25 de Mayo.
Por tanto, puede afirmarse que, de haber sido un submarino el contacto
atacado el día 5 mayo, este debería haber sido el HMS Splendid.
Más allá de ello, y haya sido o no un submarino enemigo el hostigado en
dicha fecha, lo cierto es que los medios aéreos antisubmarinos del portaaviones
lograron efectivamente su cometido, en tanto el mismo no sufrió daño alguno en la
guerra, pese al empeño puesto por fuerzas británicas en su destrucción.
Y es que, en la guerra antisubmarina, tan importante como lograr un
hundimiento propio, es impedir que el enemigo concrete el suyo.
Referencias:
Referencias:
[i] Mariano Pablo Sciaroni (marcantilan@yahoo.com.ar)
es abogado y posee un Master en Estrategia y Geopolítica de la Escuela Superior
de Guerra del Ejército Argentino.
[ii] Martini, Héctor A., “Historia de la
Aviación Naval Argentina”, Tomo III, Buenos Aires, 1992, disponible
en por http://www.radarmalvinas.com.ar/informes/av%20naval%20ct.pdf
[iii] Mayorga, Horacio A., “No vencidos”, Planeta,
Buenos Aires, 1998, pág. 473.
[iv] Fortini, Enrique A., “Guerra del
Atlántico Sur, experiencias poco conocidas (Unidad de Tareas 80.2.2)”, en
el Boletín del Centro Naval, Nro. 817, Mayo/Agosto de 2007, pág. 243.
[v] Mayorga, Horacio A., “No vencidos”, Planeta,
Buenos Aires, 1998, pág. 474.
[vi] Mayorga, Horacio A., “No vencidos”, Planeta,
Buenos Aires, 1998, pág. 474.
[vii] Martini, Héctor A., “Historia de la
Aviación Naval Argentina”, Tomo III, Buenos Aires, 1992, disponible
en http://www.radarmalvinas.com.ar/informes/av%20naval%20ct.pdf
[viii] Fortini, Enrique A., “Guerra del
Atlántico Sur, experiencias poco conocidas (Unidad de Tareas 80.2.2)”, en
el Boletín del Centro Naval, Nro. 817, Mayo/Agosto de 2007, pág. 244.
[ix] Fortini, Enrique A., “Guerra del
Atlántico Sur, experiencias poco conocidas (Unidad de Tareas 80.2.2)”, en
el Boletín del Centro Naval, Nro. 817, Mayo/Agosto de 2007, pág. 244.
[x] Mayorga, Horacio A., “No vencidos”, Planeta,
Buenos Aires, 1998, pág. 474.
[xi] Fortini, Enrique A., “Guerra del Atlántico
Sur, experiencias poco conocidas (Unidad de Tareas 80.2.2)”, en el Boletín
del Centro Naval, Nro. 817, Mayo/Agosto de 2007, pág. 244.
[xii] Fortini, Enrique A., “Guerra del Atlántico
Sur, experiencias poco conocidas (Unidad de Tareas 80.2.2)”, en el Boletín
del Centro Naval, Nro. 817, Mayo/Agosto de 2007, pág. 244.
[xiii] Fortini, Enrique A., “Operación Antisubmarina,
realizada por aeronaves basadas en portaaviones el dia 5 de mayo de 1982”, en www.fuerzasnavales.com,
Magazine nº 18.
[xiv] Rader, Karl A “Forward…from the
sea into the torpedo danger zone”, School of Advanced Military Studies, Fort
Leavenworth, Kansas, 1994, pág. 52.
[xv] Benedict, John “Third world
submarine developments,” The Submarine Review, Octubre de 1990, pág. 53.
[xvi] Fieldhouse, Sir John, “Dispatch by
Admiral Sir John Fieldhouse, G.C.B., G.B.E., Commander of the Task Force
operations in the south atlantic: April to june 1982”, London Gazette, 13
de Diciembre de 1982.
[xvii] Evans, Michael “Underwater
and undercover: how nuclear subs were first line of Falklands defence” en
The Times, 27 de Noviembre de 2007.
[xviii] Finlan,
Alastair “The Royal Navy in the Falklands Conflict and the Gulf War”, Routledge,
London, 2004, pág. 81.
[xix] Rader, Karl A “Forward…from the
sea into the torpedo danger zone”, School of Advanced Military Studies, Fort
Leavenworth, Kansas, 1994, pág. 50.
[xx] “War Patrol The Falklands - HMS Onyx”, en
The Submariner, Marzo de 2004, disponible en www.submariners.co.uk
[xxi] Rader, Karl A “Forward…from the
sea into the torpedo danger zone”, School of Advanced Military Studies, Fort
Leavenworth, Kansas, 1994, pág. 50.
[xxii] Por ejemplo el sitio http://www.britains-smallwars.com/Falklands/Brit-units.htm ,
que generalmente cuenta con buena información, indica que las fechas de arribo
fueron: HMS Conqueror: 16.4.82, HMS Spartan: 12.4.82, HMS Splendid: 19.4.82,
HMS Courageous: 30.5.82, HMS Valiant: 16.5.82 y HMS Onyx: 28.5.82.
[xxiii] “Operation CORPORATE 1982, Key documents
concerning the sinking of the BELGRANO Released in support of the Official
History of the Falklands Campaign”, MoD, (RU), pág. 151, en http://www.rna-10-area.co.uk/files/belgrano.pdf
[xxiv] Las velocidades de submarinos son
generalmente confidenciales. La velocidad señalada surge de http://en.wikipedia.org/wiki/HMS_Conqueror_(S48)
[xxv] Freedman, Sir Lawrence, “The official
story of the Falklands Campaign”, Tomo II, Routledge, London, 2005, pág.
89.
[xxvi] Freedman, Sir Lawrence, “The official
story of the Falklands Campaign”, Tomo II, Routledge, London, 2005, pág.
286.
[xxvii] Finlan, Alastair “The Royal Navy
in the Falklands Conflict and the Gulf War”, Routledge, London, 2004, pág. 58.
[xxviii] Freedman, Sir Lawrence, “The official
story of the Falklands Campaign”, Tomo II, Routledge, London, 2005, pág.
303.
[xxix] Freedman, Sir Lawrence, “The official story
of the Falklands Campaign”, Tomo II, Routledge, London, 2005, pág. 89.
[xxx] Muñoz, Jorge “Ataquen Rio Grande”, Instituto
de Publicaciones Navales, Buenos Aires, 2005, pág. 143.
[xxxi] Fortini, Enrique A., “Guerra del
Atlántico Sur, experiencias poco conocidas (Unidad de Tareas 80.2.2)”, en
el Boletín del Centro Naval, Nro. 817, Mayo/Agosto de 2007, pág. 247.
[xxxii] “War Patrol The Falklands - HMS Onyx”, en
The Submariner, Marzo de 2004, disponible en www.submariners.co.uk
[xxxiii] Friedman, Norman “The Naval
Institute guide to world naval weapons systems 1991/92”, Naval Institute
Press, Annapolis, 1992, pág 710.
Nota:
El artículo del Doctor Mariano Sciaroni fue publicado, originalmente, por el sitio Histarmar, a ambos agradecemos poder difundirlo
El artículo del Doctor Mariano Sciaroni fue publicado, originalmente, por el sitio Histarmar, a ambos agradecemos poder difundirlo
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