OPERACIÓN
“CORPORATE”
Según publicaciones de la época, procedentes de
Londres, en solo “tres días”, el Ministerio de Defensa Británico alistó la
“Task Force 317”
compuesta por 26 buques de guerra, 15 naves auxiliares, 42 buques mercantes, 52
aviones, 136 helicópteros y al menos 6 submarinos, 3 nucleares y 3
convencionales para efectuar la “Operación
Corporate” nombre clave para la recuperación de Malvinas.
Por: Oscar Filippi
Conflicto bipolar.-
En
la segunda entrega de esta serie de notas, analizamos la importancia de la
amenaza de los submarinos y buques de guerra soviéticos a las Líneas de
Comunicación Marítima (LCM) vitales a los intereses estratégicos de los EEUU y la OTAN en el Atlántico Sur, como
un factor del conflicto bipolar que en el marco de la denominada “Guerra Fría”
revitalizó la importancia de la ubicación geoestratégica de nuestras Islas
Malvinas, que como dos inmensos portaaviones geográficos controlan el extremo
Sur de los Océanos Pacífico, Atlántico e Indico, a la vez que se convierten en
guardianes celosos de las rutas navales de aproximación a la Antártida.-
Con
el único objeto de intentar probar que la Argentina se vio envuelta en una “guerra
fabricada” a la medida de la OTAN
que beneficiaría a la
Gran Bretaña en las posteriores negociaciones diplomáticas al
congelarse definitivamente el tema de la reclamación de la soberanía argentina
y les aseguraría a los países miembros de la alianza atlántica una base
aeronaval de magnitud que aseguraría las LCM que transitaban por el extremo Sur
del Continente Africano, es que conviene detenerse en el análisis del tremendo
esfuerzo económico que le representó al gobierno de la Gran Bretaña
movilizar una Fuerza de Tareas de tal magnitud para recuperar las Islas luego
del 2 de abril de 1982.-
Otro
punto a analizar es el del factor interno de la política de defensa de la Gran Bretaña de esos
años. Desde 1966, Inglaterra había realizado grandes cambios en su política de
defensa para convertirse en la “punta de diamante” de la lucha antisubmarina en
el Atlántico Norte y consecuentemente llamó la atención de sus parlamentarios
en forma acorde para lograr los cambios en la doctrina naval, tendiente a
cumplir ese objetivo que les permitiera enfrentar la creciente amenaza naval
soviética. Aunque con una flota más pequeña, los portaaviones seguirían siendo
el eje principal de su flexibilidad.-
Pero
para 1981 el gobierno de la señora Margaret Tatcher se había convertido en el
más impopular de la Gran
Bretaña en los últimos veinticinco años. Principalmente a
causa de su política monetarista, pero su impopularidad se reflejaba
abiertamente, también, con relación a su política de defensa.-
La Flota en juego.-
Para
1980, la situación económica de la Gran Bretaña era muy complicada, el desempleo
había llegado a porcentajes muy elevados, entre los permanentes y severos
ajustes y recortes del presupuesto, la “Dama de Hierro” había puesto sus
objetivos para la defensa en una drástica reducción de la flota de superficie
de la Royal Navy.
Para ello, apoyada en la dura posición del presidente norteamericano Ronald
Reagan y su política de mayor “disuasión nuclear” concretó con el “Tratado de
Washington” de 1981 la compra de los submarinos nucleares de la clase
“Trident”.-
La
inminente reducción de la flota de superficie era casi un hecho, los
detractores del Almirantazgo sostenían que los nuevos portaaviones del Tipo
“Invencible” eran muy vulnerables a cualquier escenario bélico moderno y que
incluso su función específica de guerra antisubmarina era cumplida con mejor
desempeño por los submarinos de ataque de propulsión nuclear, los temidos
“hunter-killer”. En consecuencia se congeló la construcción (ya en proceso) de
los portaaviones gemelos, el “HMS Ilustrius” y el “HMS Intrepid” y se decidió
la venta del “Invencible” a Australia, esto sucedía en junio de 1981.-
El
Almirantazgo británico contraatacó sobre la política de defensa de Margaret
Tatcher utilizando toda su influencia sobre el Ministerio de Defensa, el
Parlamento y sobre todos los sectores influyentes de la sociedad británica. La
misma sociedad que vio fundar su imperio sobre la base misma de la orgullosa
Royal Navy y le guarda por lo tanto, un respeto ancestral.-
Para
consolidar su posición, el Almirantazgo necesitaba urgentemente, una hipótesis
de conflicto de interés nacional prioritario, ¡qué mejor que una “invasión”
argentina a una de “sus posesiones” de ultramar!.-
Según
lo ratificara el propio “Informe Franks”, en septiembre de 1981, apenas tres
meses después de la decisión oficial del gobierno británico de reducir la flota
de superficie y de vender el portaaviones “HMS Invencible”, el informe del
Comité Conjunto de Inteligencia de la Gran Bretaña, se refería al potencial problema
del Atlántico Sur, sugiriendo respaldar la posición solicitada por los isleños
y las corporaciones de empresas comprometidas en su actividad comercial, de no
negociar más con la
República Argentina la soberanía sobre las Islas Malvinas.
Por lo tanto sugería establecer en las islas, una fuerza de disuasión que
comprendiera un portaaviones, cuatro fragatas y dos submarinos. El Ministerio
de Defensa fue más lejos, aprobó el 21 de septiembre de 1981 los planes
alternativos para una posible “recuperación” del archipiélago.-
La
pregunta surge sola, ¿cómo sabían que las recuperaríamos en 1982, cómo podían
aconsejar el uso de una fuerza naval que a todo efecto, según su propio
gobierno, no existía más?
El
gobierno de Ronald Reagan se anotaba un doble triunfo estratégico y comercial.
Por un lado logró un multimillonario contrato por la venta de los submarinos
nucleares “Trident”, los cuales eran garantía suficiente para el control de las
rutas del Atlántico Norte y además lograba que la Gran Bretaña no se
desprendiera de su flota de superficie, la cual enviada al Atlántico Sur, haría
un excelente papel disuasivo frente a las costas africanas sin necesidad de
afectar buques de ninguna de sus flotas, ni la del Atlántico Norte y Caribe y
menos los de la del Meditarráneo. Un verdadero triunfo a dos puntas. ¡Gracias
Argentina...!!!!.-
La
Task Force 317.-
Como
vimos en el artículo anterior, el
empresario argentino Constantino Davidoff, había comunicado al gobierno
británico que durante el mes de marzo de 1982 comenzaría a ejecutar su contrato
comercial en las Islas Georgias del Sur. Aunque el gobierno británico se negó a
alquilar el buque de patrulla antártica “HMS Endurance” con la excusa que sería
sacado de servicio, durante los meses de enero y febrero de ese año, permaneció
amarrado a la escollera Norte del Puerto de la ciudad de Mar del Plata. Aun
recordamos la imagen de los oficiales navales británicos paseando por nuestra
ciudad con su elegante uniforme “tropical” y los vuelos de “entrenamiento” de
sus helicópteros “Sea Wasp”.-
Para
mediados de marzo cuando comenzó la escalada diplomática planificada con
puntillosa anticipación por la
Gran Bretaña, zarparon inmediatamente del Puerto de
Gibraltar, el submarino nuclear de ataque “HMS Spartan” y el buque de apoyo
logístico “Fort Austin” que transportaba varias unidades del SAS (Special Air
Service) y del SBS (Special Boat Squadron) y el Ministerio de Defensa británico
puso en marcha a toda prisa, la Fuerza Especial destinada a llevar a cabo la
“Operación Corporate” (Reconquista de las Islas Malvinas y Georgias del Sur)
recordemos, aprobada el 21 de septiembre de 1981. La mayor parte de las
unidades designadas a esa Fuerza zarparían el día 5 de abril. El cuadro que
adjuntamos es para que Ud. analice si es realmente posible, aun para una
potencia naval como la
Gran Bretaña, movilizar, requisar y fletar tamaña flota, con
la convocatoria consecuente de todos sus tripulantes y la inmensa logística
requerida, ¡en tan solo tres (3) días!.-
El
núcleo de esta fuerza operacional estaba constituido por dos portaaviones, el
buque Insignia “HMS Hermes” y el “HMS Invencible” en ellos embarcaban los
“Squadron 800 y 801 de la
Royal Navy” respectivamente, equipados con aviones V/STOL
“Sea Harrier FRS 1”,
estaban escoltados por otros 24 buques de guerra y 15 naves auxiliares. El
trayecto desde Gran Bretaña a las Islas Malvinas superaba los 13.000 kilómetros
(23.400 NM). Como punto de apoyo utilizaban la Base Aeronaval
norteamericana de Wideawake, en la Isla Ascensión, 6.850 Kms. (11.330 NM) desde los
puertos del archipiélago británico.-
Apoyo Logístico.-
El
mantenimiento de una línea de aprovisionamiento de una longitud superior a los
13.000 Kms. (representa 21 días de navegación) planteó problemas logísticos
considerables. Además de sus buques de guerra, la fuerza operacional utilizó
otras 54 naves (desplazamiento total 673.000 Toneladas) pertenecientes a 33
compañías, fletadas o requisadas por la Royal Navy. Diecinueve (19) de estos buques,
designados STUF (Shipping Taken-Up From Trade) fueron provistos de plataformas
para operaciones con helicópteros, además casi todos ellos fueron transformados
de manera de servir para realizar tareas de aprovisionamiento en alta mar. ¡ en
tan solo tres días ¡ .-
Transportaron
un total de 9.000 hombres, más de 100.000 Toneladas de pertrechos y 95
vehículos. Desde los puertos de Davenport y Portsmauth, la Royal Navy envió más de
30.000 Toneladas de víveres, municiones y vituallas. Los 16 petroleros fletados
o requisados transportaron cada mes hacia la fuerza operacional, 180.000 metros cúbicos
de combustibles (naval, aeronáutico y automotor), lo que representa un mínimo
de 420.000
metros cúbicos embarcados continuamente. Para el 14 de
junio (fin del conflicto), la fuerza operacional comprendía 26 buques de
guerra, 6 a
8 submarinos, 15 naves auxiliares, 42 mercantes, 52 aviones y 136 helicópteros,
todos ellos en acción o patrullando por mar.-
El
esfuerzo económico para abastecer el Teatro de Operaciones demuestra por si
solo que el enemigo al que enfrentaban era mucho más poderoso que las Fuerzas
Armadas Argentinas. Nos usaron de excusa..., sin tener en cuenta el valor y
profesionalismo de los argentinos..., ¡y casi les cuesta la guerra!.-
El
valor, la determinación y el coraje criollo mostrado en combate lo reconocen
hoy día. Para que los propios británicos y nosotros, no nos enteremos de los
daños sufridos por la orgullosa Royal Navy y el apoyo directo (acción de
guerra) de un país vecino, impusieron un secreto de 90 años sobre las acciones
de guerra del conflicto del Atlántico Sur. Además se aseguraron con la ayuda de
su socio y el apoyo vernáculo de siempre, que económica, sanitaria, social, educativa
y militarmente, hoy a casi 30 años de aquel conflicto, la Argentina esté casi de
rodillas e inmersa en una verdadera “guerra urbana” bajo el fuego
indiscriminado de la delincuencia común y mirando espantada la creciente
presencia de carteles del narcotráfico, las extrañas alianzas diplomáticas con
Venezuela y por ella, vía Irán y al terrorismo internacional. Lo que siguen sin
tener en cuenta, es que a pesar de todo, los argentinos estamos de pie, con el
mismo coraje, el mismo patriotismo y la misma determinación. El camino
diplomático, con el apoyo de nuestros países hermanos de Sudamérica es la vía
para la recuperación definitiva de nuestros últimos espacios soberanos ocupados
por esta potencia colonialista. El apoyo de Brasil, Uruguay, Paraguay, Chile y
Perú, ha sido obra del ex Presidente del Brasil, Inacio Lula Da Silva. Desde
Menem (1989) a la fecha, ningún gobierno argentino, ha tomado medidas
diplomáticas serias y menos aún, denunciado los acuerdos de 1991 con la Gran
Bretaña. La Sangre de nuestros más
Heroicos y Generosos Hermanos nos reclama no claudicar en nuestro compromiso y
así lo haremos.-
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