El 4 de julio
de 1958, durante la presidencia del doctor Arturo Frondizi, se anunció la
adquisición del portaaviones "HMS Warrior", de la Armada Real
británica, que el año anterior había visitado
Buenos Aires.
Según un
matutino porteño, tal anuncio "provocó que se observara, frente a las
pizarras de los diarios, a numerosos grupos de personas que comentaban
animadamente la noticia. Estos grupos se renovaron durante el resto de la
jornada, suscitándose comentarios que en ciertos momentos cobraron animación.
Igualmente, en las calles más transitadas, como Florida, Corrientes y Lavalle,
se formaron infinidad de grupos de personas que expresaban sus opiniones,
originándose, de esta forma, un verdadero debate público sobre la medida
adoptada y la incorporación de un nuevo tipo de buque a la Armada".
Tales eran,
entonces, las inquietudes de la población en los hoy ignorados temas de
defensa. La compra de este tipo de unidad había sido motivo de discusiones
durante algún tiempo y su incorporación significó un evento trascendente para
la Armada, porque se trataba de una nave distinta, que requería adquirir nuevos
conocimientos e implementar adiestramientos específicos de este tipo de buque.
Al Comandante
designado, Capitán de Navío Carlos Sánchez Sañudo, se le encomendó la tarea de
alistarlo y traerlo en un plazo de tres meses, con una dotación reducida de 300
hombres, incluidos conscriptos. Tales condiciones provocaron distintos grados
de descreimiento; en particular, por parte de oficiales británicos, que
afirmaban que, para ellos, semejante tarea les insumiría no menos de seis
meses, con una dotación de mil hombres previamente instruidos en centros de
adiestramiento terrestres.
Con el apoyo de
personal de la Armada Real, el alistamiento comenzó el 30 de septiembre de
1958, con el arribo del grueso de la dotación en el transporte "ARA Bahía
Buen Suceso". Previamente, se habían adelantado el Comandante, con el Jefe
de Ingeniería y cinco Tenientes, con el fin de establecer los lineamientos para
encarar la compleja tarea del alistamiento y asegurar su posterior operación en
aguas argentinas.
Han
transcurridos cincuenta años desde el 4 de noviembre de 1958, cuando se
interrumpieron las tareas para dar lugar a un hecho trascendente en el
historial del portaaviones; ese día, al izarse el pabellón nacional, dejaba de
ser el "HMS Warrior" para pasar a ser el "ARA Independencia".
La ceremonia se
ajustó a lo establecido en el protocolo naval, con la asistencia del Embajador
argentino, Contralmirante Teodoro Hartung; el Agregado Naval, un representante
del Almirantazgo británico, autoridades del arsenal (H. M. Dockyard) de
Portsmouth y 220 invitados especiales.
Al día
siguiente, la prensa argentina informaba del desarrollo de la ceremonia, así
como del contenido de los discursos del Embajador, el Agregado Naval y el
Capitán Sánchez Sañudo, en los que se puso de relieve el apoyo del personal de la
Armada Real.
El
alistamiento del "ARA Independencia" terminó el 8 de diciembre.
Habían transcurrido 69 días desde el arribo del grueso de la reducida dotación;
esa jornada, la nave zarpó para una navegación de prueba, que resultó
satisfactoria, tras lo cual, el día 10, partió rumbo a la Argentina, para
arribar a Puerto Belgrano el 30 de diciembre.
Realizadas las
reparaciones y reacondicionamientos faltantes en los talleres de la Base Naval
Puerto Belgrano, zarpó, el 3 de junio de 1959, rumbo a Golfo Nuevo, donde, el
día 8, tuvo lugar el primer anavizaje y consiguiente enganche, protagonizado
por un NA 301, maniobra que fue repetida posteriormente por un Corsair. A
partir de entonces, pasaron a ser casi rutina las operaciones de vuelo.
Durante su vida
útil, tuvieron lugar hitos trascendentes: el 3 de septiembre de ese año, tuvo
lugar el primer anavizaje nocturno; el 6 de diciembre, el primer lanzamiento de
un Corsair mediante catapulta; el 23 de abril de 1962, el anavizaje del primer
bimotor Grumman Tracker antisubmarino y, en agosto del año siguiente, el del
primer avión a reacción, un Grumman Panther.
Estos eventos
importantes entonces no lo son en portaaviones modernos, que cuentan con medios
que evitan el elevado porcentaje de accidentes que tenían lugar durante las
operaciones de vuelo en las naves del pasado y que, durante la II Guerra
Mundial llegaron a superar las pérdidas originadas por operaciones de combate.
Porcentaje que, en el "Independencia", se redujo a un mínimo.
El "Independencia"
sirvió en la Armada en los siguientes diez años. En noviembre de 1967, tuvo
lugar el anavizaje Nº 5.000, protagonizado por un bimotor Grumman Tracker, y
una máquina similar despegó por última vez de su cubierta de vuelo en diciembre
de 1968.
El arribo del
"ARA 25 de Mayo", ex "Karel Dorman", ex "HMS
Venerable", adquirido a la marina holandesa, significó su pasaje a
reserva, para ser finalmente desguazado, a partir de 1971.
Al
"Independencia" quizá le cabe lo que, hace muchos años, se dijo de la
casa de Tucumán en la que tuvo lugar el acontecimiento histórico que dio nombre
a ese buque: "Costó poco y sirvió de mucho".
Características
* Desplazamiento estándar: 14.000 toneladas.
* Con carga completa: 19.000 toneladas.
* Eslora máxima: 212 m.
* Manga en flotación: 24,4 m.
* Manga máxima: 34,3 m.
* Aeronaves embarcadas: 35 aviones.
* Una catapulta.
* Dos ascensores.
* Propulsión: dos ejes accionados por turbinas de vapor.
* Velocidad: 24,5 nudos.
* Dotación: De 1.070 a 1.300 tripulantes.
Clte. (R) Eugenio Luis Bezzola primer jefe de Electrónica del "ARA Independencia"
Nota de redacción: El presente artículo junto a las fotos nos fue cedido por Carlos Eugenio Bezzola, hijo del Contraalmirante (R) Eugenio Luis Bezzola, quién lo escribió cuando se cumplió el cincuenta aniversario de la Afirmación del Pabellón Nacional en Portaaviones (V-1) ARA Indepencia