Los
intereses en juego
¿Qué intereses tenía EE.UU. en las
Islas? - ¿Alentó a través de emisarios encubiertos la recuperación? - ¿Estos
influyeron en la
Multipartidaria y condicionaron el proceso democrático
posterior? – El informal y despectivo juego de la diplomacia británica –
Davidoff, un contrato oportuno – Nos llevaron a la última opción, la
recuperación militar de nuestras Islas.-
Por: Oscar Filippi
Preocupación de
Estados Unidos
El incremento de la presencia aeronaval
soviética en el Atlántico Sur, a partir de bases y apoyo logístico en puertos
africanos, preocupaba seriamente al gobierno de Estados Unidos de Norteamérica
en 1980. En enero de ese año, el Consejo de Seguridad de EE.UU. aprobó un
documento llamado “Free Oceans Plan”
(Plan para los Océanos Libres) que por su importancia fue incluido en la
historiografía oficial soviética sobre el Conflicto del Atlántico Sur, el mismo
señalaba: “- ... Aun cuando los EE.UU.
pueden contar con apoyo efectivo y duradero de la Unión Sudafricana
y de la República
de Chile y eventualmente de la Argentina, que facilita
la ejecución de sus planes para el extremo Sur de los tres Océanos (Pacífico,
Atlántico, Indico), es indispensable contar con el apoyo de Gran Bretaña. Esta
debe ser nuestra principal aliada en esa área, no sólo porque es nuestra amiga
más confiable en el orden internacional, sino porque todavía ocupa diversas islas en el Atlántico
Sur que en caso de necesidad podrían convertirse en bases aeronavales, de
acuerdo con el modelo de Diego García, o en puntos de apoyo logístico como la Isla Ascensión.
Gran Bretaña debe ser alentada a
mantener aquellas islas bajo su soberanía ante cualquier circunstancia, incluso
en los casos que la
Argentina reclama para sí, como las Falklands, las Sandwich y
las Georgeias del Sur...”.-
No harían falta más precisiones, pero fue el
propio Almirante Hidalgo, Secretario de Marina de los EE.UU. quien declaró
públicamente que las Islas Falklands (Malvinas) eran una real preocupación para
su país, diciendo que eran dos magníficos portaaviones geográficos.-
El Subsecretario de Planeamiento del
Departamento de Estado, ante la
Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de EE.UU., Fred
Ikle, presentó un informe el 15 de diciembre de 1981, en el que daba cuenta
que, entre el decenio 1960/70 y el decenio 1970/80, las naves de guerra
soviéticas habían incrementado sus días de operaciones en el Atlántico Sur de 200 a
2.600. Agregaba que a través de esta
presencia naval. Las Líneas de Comunicación Marítima (LCM) en esa zona eran mucho
más vulnerables que en la década anterior, en la que se produjo la Crisis de los Misiles
basados en Cuba.-
Dr. Arturo Frondizi
El 10 de septiembre de 1989, en declaraciones
efectuadas al Diario La Prensa, el ex
presidente constitucional argentino (1958-1962) Dr. Arturo Frondizi, sobre la
comprensión del Conflicto del Atlántico Sur y la importancia de la cuestión
Malvinas dijo que, en el año de 1981 lo había visitado un general
norteamericano, quien le había pronosticado que EE.UU. propiciaría un desembarco
argentino en las Islas Malvinas; EE.UU. apoyaría nominal y fácticamente a Gran
Bretaña en la recuperación del archipiélago, a efectos de congelar el pleito de
la soberanía; el motivo de tal actitud sería la necesidad de instalar una base
militar en las islas; finalmente, que su país no podía contar con la Argentina, porque era
considerado poco confiable por su falta de estabilidad política.-
Por la importancia de esta declaración, el 29
de septiembre de 1989, el Dr. Mariano Cesar Bartolomé (Prof. De la Escuela
Superior de Guerra), entrevistó personalmente al Dr. Arturo Frondizi, no solo
le ratificó lo expresado al Diario La
Prensa, sino que identificó a su visitante, el General Vernon Walters, cuya
presencia en la Argentina
durante 1981 está por demás documentada.- (El
Gral. Vernon Walters, se desempeñó durante 1975-80 en el escalón de
inteligencia para Latinoamérica del Comando Sur del VIº Cuerpo de Ejército de
los EE.UU. con base en Panamá. Durante 1981-82, por su confesión católica se
desempeñaba como 2º jefe de la CIA
para la seguridad del Estado Vaticano.- Nota del redactor.)
Autores argentinos y británicos sitúan al
general Vernon Walters, visitando nuestro país entre octubre de 1981 y febrero
de 1982. Durante esas visitas habría planteado la necesidad de establecer un
dispositivo de defensa en el Atlántico Sur que incluyera instalaciones
militares en las Islas Malvinas operadas por las Fuerzas Armadas Argentinas.
Fue el negociador del gobierno norteamericano para conseguir el apoyo argentino
a la estrategia de contención a la flota de la URSS, que por esos momentos articulaba el
Presidente Ronald Reagan.-
Pregunto: ¿por qué el Dr. Arturo Frondizi
esperó más de siete años para realizar tan importante, grave y reveladora
declaración? Y agrego: sin dudas el Dr. Frondizi no fue el único político
contactado. Por aquella época era un buen referente político, pero obviamente
no era el principal. La segunda misión del general Vernon Walters habrá
consistido en alentar la reorganización de los partidos políticos (Multipartidaria) con miras a la
democracia que sobrevendría a la derrota de la Junta Militar en
Malvinas, detectar los mejores aliados en ese campo y entregar los futuros
cursos de acción para nuestra entrada en el primer mundo. Entiéndase, desmalvinización, entrega de nuestra
soberanía en el Canal Beagle, islas y aguas adyacentes, no investigación de la
nacionalización de la deuda privada (deuda externa), Ley del punto final y obediencia debida, desmantelamiento operativo de las fuerzas
armadas, desarticulación del servicio militar obligatorio con la consecuente
pérdida de capacidad para la movilización de reservistas, privatización y
entrega de nuestros recursos e industrias estratégicas (energía,
comunicaciones, alimentación, transporte aéreo y marítimo, cierre de nuestros
astilleros, regalo de nuestra Fábrica Militar de Aviones, la vergonzosa
destrucción del proyecto Cóndor, la
postración del CONICET, INTA etc., etc.), política exterior de relaciones carnales con los EE.UU. y de
vergonzosa seducción con la Gran Bretaña,
endeudamiento constante, sumisión absoluta, miseria social, estafas bancarias, inseguridad
pública, devolución del odio, división social, disolución de los partidos
políticos tradicionales, etc., etc., … etc. En resúmen, ¿el apoyo económico
para la futura democracia y sus gobiernos estables (para el FMI – BM – BID)
sería pagada con la sujeción a este modelo? ¡Los argentinos podríamos votar
solo estando de rodillas! ¿Habrá sido
así? ¿Por qué nadie investigó más a fondo...?, en especial el Congreso,
también por omisión se puede ser traidor y responsable.-
El Dr. Raúl Alfonsín, pocos meses antes de su
fallecimiento, reconoció ante un grupo de jóvenes partidarios (universitario) que
a mi instancia le hicieron la pregunta, haber participado de esos “contactos” y
reuniones con el Gral. Vernon Walters en 1981. Pero se negó a revelar lo
tratado, aludiendo que ese diálogo quedaría reflejado en “sus memorias”. Demás
está decir que todavía no aparecieron. Lo cierto es, que a la luz de los hechos
posteriores, el Dr. Raúl Alfonsín, no fue precisamente el candidato que desde
el Norte esperaban para la “transición” democrática en la Argentina (1983).
Ellos alentaban y esperaban el triunfo del Dr. Italo Argentino Luder, el Dr.
Domingo Felipe Cavallo, ya había sido infiltrado en sus filas.
Hoy, a la luz de la historia y por el libro
publicado por quien fuera uno de sus Ministros de Defensa, el Dr. Horacio
Jaunarena (La Casa está en Orden), sabemos que el Dr. Alfonsín, no tuvo pactos,
ni admitió jamás las sugerencias venidas del Norte. El final es historia
conocida, rebeldía sindical, presión internacional, huelgas, ingobernabilidad y
la frustración de tener que entregar su mandato con anticipación.
Las pruebas de la sumisión al modelo antes descripto llegarían inmediatamente
luego de asumir la Presidencia de la Nación, el Dr. Carlos Saúl Menem. En 1990,
firma los acuerdos de “Paz y Amistad” con la Gran Bretaña en Madrid (el 15 de
Febrero) y Londres (11 de Diciembre) y la consecuente ley 24.184, aún vigentes.
La postración definitiva de la Argentina ante el vencedor de Malvinas, fue así
un hecho. Nadie hasta la fecha, oficialistas u opositores, han denunciado estos
acuerdos. (Ver el libro “Los Tratados de
Paz por la Guerra de Malvinas” del Dr. Julio C. González. Ediciones del Copista
2004).
Actitud Británica
Cuando uno comienza la investigación de las causas que hicieron tomar
la decisión al gobierno de la
Junta Militar de recuperar las Islas Malvinas, más tarde o
más temprano, va a tropezar con el Informe
de la Comisión
de la Cámara
de los Comunes que presidida por Lord Franks, estudió el comienzo del
conflicto de Malvinas en 1982, se lo conoce como el Informe Franks. Al leerlo uno se sorprende al comprobar el grado de
infiltración de la inteligencia británica
en nuestro sistema gubernamental, con qué precisión manejaron siempre de
antemano las decisiones diplomáticas argentinas y con qué grado de soberbia e
indiferencia, adoptaron permanentemente, a lo largo de los años, posiciones
dilatorias y esquivas a la solución de la soberanía.-
Sin temor a equivocarnos, podemos ubicar la causa del conflicto en el
año 1960, cuando la
Organización de las Naciones Unidas dicta la Resolución 1514 por la cual se creaban los
mecanismos legales tendientes a la descolonización de territorios ocupados y
particularmente, la Resolución 2065, que se refiere específicamente a
Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur.-
Las únicas veces en que Gran Bretaña mostró una actitud más seria, fue
durante los años 1967 y 68 luego del Operativo
Cóndor y entre 1975 y 77 cuando la Argentina le demostró que su paciencia tenía
límites, llegándose entonces a esbozar una negociación conocida como el status de Hong-Kong. Dejada finalmente
de lado en diciembre de 1980 por los enormes plazos de tiempo que abarcaba el
arriendo solicitado por el Reino Unido y fundamentalmente por la resistencia de
los Kelpers.-
El año clave sería el de 1975, por la influencia de grupos económicos
poderosos, tanto en Londres como en Malvinas, (Falklands Islands Company,
United Kingdom Falkland Committee, British Antartic Survey, Royal Navy, etc.)
que se benefician directamente de la usurpación desde 1833, sostenían
radicalmente que, no se debía negociar nada con el gobierno Argentino. Gran
Bretaña se aparta así, unilateralmente y contra las Resoluciones aceptadas de la ONU y comienza a priorizar la autodeterminación de los habitantes de
las islas (no contemplada bajo ningún punto de vista en la Resolucuón 2065 de la ONU).-
Mientras tanto la
Argentina mantenía por esa época una actitud de acercamiento
a los pobladores de las islas, manteniendo un puente aéreo a través de LADE,
suministrando facilidades en combustibles, alimentos, de correo e intercambio
de estudiantes con actividades educativas y culturales. Mientras tanto
Inglaterra, negocia por negociar.-
El mismo Informe Franks
señala que el 20 de julio de 1981 el ministro británico Ridley le informaba al
canciller Lord Carrington que al márgen del leaseback (arriendo) no había ninguna otra alternativa que tuviera
la menor posibilidad de resolver la disputa, a la vez que lo alertaba, que si
para principios de 1982 la
Argentina llegaba a la conclusión que Gran Bretaña no quería
o no podía negociar seriamente, probablemente hubiera actos de represalia
(sic).-
Continúa el mismo informe: “A principios de 1981, en mayo, se ordenó
confeccionar un plan que previera qué debía hacer Gran Bretaña si los
argentinos decidían recuperar militarmente las islas. Este plan quedó listo y
fue aprobado en septiembre de 1981.
Este llegaba a la conclusión que se necesitaría una fuerza excesivamente grande
para proteger las islas y que, si los
argentinos invadían primero, no había garantías de desalojarlos (sic).-
El momento clave para la ejecución de los planes de la OTAN había comenzado, solo
faltaba encender la mecha.-
Contrato Comercial
Hacía más de 110 años que la Gran Bretaña no otorgaba ningún contrato
comercial que involucrara trabajos en alguna de sus “posesiones” a empresas que
no fueran pertenecientes al Commonthwealth,
extraña o sugestivamente, en septiembre
de 1979, el gobierno británico decidió extender, a través de una firma
escocesa, al empresario argentino Constantino Davidoff el contrato para el
desmantelamiento de las instalaciones balleneras abandonadas en Leith, Stromnes
y Husvick en la Isla San
Pedro del archipiélago de las Georgias del Sur. La tarea debía ser desarrollada
con la presencia en el lugar del British Antartic Survey y el transporte del
buque HMS Endurance.-
Pero cuando Davidoff, en 1982, luego de haber efectuado todas las
comunicaciones pertinentes y obtenido la autorización del gobierno y la
embajada británica, solicitó, como estaba previsto, el arrendamiento del buque HMS Endurance, la Embajada Británica
le comunicó que no podía disponer de ese barco porque el British Antartic
Survey sería levantado en breve y consecuentemente, el Endurance retirado de servicio activo. Lo extraño es que todos los
marplatenses vimos al HMS Endurance
amarrado en la escollera Norte de la Base Naval Mar del Plata, durante todo el
mes de enero y febrero de 1982.-
Constantino Davidoff fue autorizado por las autoridades británicas a
contratar otro buque. Cada paso que dio fue reiteradamente comunicado por él, a
las autoridades británicas, tanto las de Londres como las de Malvinas y a la Embajada en Buenos Aires.
En diciembre de 1981 realizó un viaje a Georgias llevado por el Rompehielos (Q-5) ARA Almirante Irizar. Las autoridades de
Malvinas intentaron entonces generar un incidente que diera lugar a una
protesta diplomática, pero el gobierno de Londres lo impidió y en febrero de
1982, en un yate de bandera panameña, operarios de Davidoff se instalaron en la Isla San Pedro.-
El 19 de marzo la situación diplomática sería muy distinta, desde
Malvinas y desde Londres. Ese día el empresario argentino, Constantino Davidoff
desembarcó con un grupo de operarios desde la cubierta del transporte naval
arrendado a nuestra Armada, ARA Bahía
Buen Suceso e izó una bandera argentina.-
El anzuelo, tan
trabajosamente instalado, había sido mordido, la mecha estaba encendida, la OTAN y Gran Bretaña, sonreían
complacidas. Ya estaba preparada una Fuerza de Tareas compuesta por 110 buques,
2 portaaviones y tres submarinos nucleares para recuperar el honor perdido por la “afrenta”
argentina.-